sábado, 9 de abril de 2011

Obsesionada con el tiempo

Aunque a veces quisiera olvidar que existe, el tiempo y su avance es inevitable. Cuando menos te das cuenta han pasado más de seis meses desde tú ultima visita al dentista o diez años desde que contemplaste el mar por última vez. En las fotografías notas las veces en que te has teñido el cabello, las tremendas ojeras que ahora se te marcan y que la ropa que traes puesta no la has vuelto a usar. Comienzas a aburrirte un poco de lo que antes te hacía reír hasta llorar, el polvo se ha acumulado sobre los muebles de tu habitación y decides releer algún libro del que ya casi no te acuerdas. En la televisión prefieres ver los canales en los que transmiten las series que disfrutabas cuando eras adolescente y escuchas tus viejos discos con la música que, según tú, es la mejor de todos los tiempos. A tus amigos les empiezan a doler las muelas del juicio y a ti se te empieza a caer más el cabello. 

Aunque cargas sobre tus hombros más de veinte años de existencia, no te arrepientes de nada de lo que has vivido, de las decisiones tomadas, de las personas que te acompañan día a día y de que, aunque el tiempo vaya marcado sobre cada uno y se mueva sin que puedas hacer nada, si por ti fuera te gustaría volver a vivir el principio sólo para revivir cada instante e ir más despacito en tus partes favoritas.  Sin embargo, ahora te contentas con vivir el aquí y el ahora. 

Lizbamboo

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