martes, 31 de mayo de 2011

Apuntes sobre la inspiración

La inspiración viene y va. Se parece un poco a la comezón. Cuando te llega, uno siente el placer de rascarse y rascarse como loco, pero así como llega puede irse y no volver en un largo rato. (Vaya analogía) La inspiración puede llegar en los momentos menos oportunos. Puede llegar por las noches cuando ya estás a punto de quedarte dormido. A veces me ha llegado mientras viajo por el metro de la ciudad. El caso es que viene y va a capricho. Lo desafortunado ocurre cuando: a) Uno no la aprovecha o b) Cuando no se aparece en el momento que uno más la necesita. 

¿Cómo llamar a la inspiración o cómo saber sacarle el mejor partido? Me he dado a la tarea de buscar múltiples respuestas para estas preguntas. Mientras me dedicaré a plantear, a lo largo de varios post, algunas formas en las que ocasionalmente he podido aprovechar (o pensado en hacerlo) y así fomentar la aparición de tan solicitada inspiración. 

Primero, he considerado de vital importancia cargar siempre siempre con un cuadernito (u hojita doblada para que quepa donde sea) y un lápiz. Me ha pasado que se me ocurre algo y no tengo en donde plasmarlo para que no se me olvide, es muy frustrante. Así podré escribir una frase ocurrente que podría servir como el principio para un buen guión (del tipo de: "Hoy me desperté con un nudo en el cabello..." je!) o hacer el dibujito de algo que vi en la calle y que a lo mejor me iluminará posteriormente. 

La idea del cuaderno también debe prevalecer para las ocasiones en que uno se encuentra a punto de dormir, por eso convendrá tenerlo junto a la cama. Suele pasarme, no muy seguido :( , que despierto por las mañanas con el recuerdo aún fresco de aquello que soñé. Lamentablemente esas veces no he tenido ni un papelito cerca, si lo hubiera anotado tal vez ya tendría gran material para una película de sci-fi. 

Segundo, la lectura. Hay que leer lo que sea. No solamente las grandes obras de la literatura, no sólo prosa o versos. Para comenzar a maquinar grandes ideas es válido leer casi todo. Por ejemplo, cuando he tenido que hacer largos viajes me da por leer los enormes espectaculares de la carretera. Muchos valen la pena (se me viene a la mente aquéllos de la marca Bachoco que vende huevos acá en México). Además de pasar un buen rato riéndome con las ocurrencias, en una de esas y te inspira a crear algo parecido y así comenzarás a hacer trabajar tu cerebro.



Si te has enfrentado a la desesperación de estar ante una hoja en blanco, me ha funcionado hojear un libro cualquiera y leer una frase al azar. Con esa frase se te pueden ocurrir algunas formas de comenzar una buena oración. Si con la vista captas una palabra interesante (se me viene a la cabeza la palabra "estridente") puede que con ella comiences de una buena vez a llenar esa bendita hoja. Además, últimamente me he hecho muy buena amiga del maravilloso diccionario de sinónimos... ¡ah pero qué buen invento! Me ha servido para desbloquearme en muchas ocasiones.

Por lo pronto hasta aquí llega mi inspiración. Volveré con más soluciones después.

Lizbamboo

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